Bruxismo
“Hoy desperté con mucho dolor en la mandíbula! Debe ser por bruxismo”
¡MITO!
“Mi hijo aprieta los dientes porque los tiene chuecos, hay que ponerle frenillos para que se le pase”
¡MITO!
“Las placas de relajación y el bótox sirven para curar el bruxismo”
¡MITO!
¿De qué se trata?
Aún cuando existe bastante evidencia en relación al bruxismo, siguen existiendo muchos mitos y creencias erróneas al respecto y que se siguen perpetuando en el mundo odontológico tanto en tratantes como en pacientes.
Por ejemplo, contrario a lo que se pensaba antiguamente, el bruxismo en niños NO ES NORMAL, ni es necesario para el correcto desarrollo de la mandíbula. Tampoco se corrige alineando los dientes. El bruxismo en niños suele ser un signo de alarma para entrar en la búsqueda de patologías como apnea del sueño, otros trastornos de sueño, enfermedades digestivas o alteraciones en los hábitos alimentarios, entre otros.
Gracias a los numerosos estudios y consensos científicos realizados, el bruxismo ha sido definido como una actividad muscular (¡NO como una patología ni un desorden!) que involucra el rechinar o apretar los dientes y/o movimientos mandibulares, que no necesariamente se asocian al contacto dental de nuestros dientes superiores e inferiores (¡Sí! Aunque algunos lo duden, efectivamente podemos tensar nuestra mandíbula sin tocar diente con diente).
Tampoco se debe pensar que el bruxismo es igual a dolor en la cara, puesto que el dolor forma parte de otras entidades completamente distintas que pueden no tener absolutamente nada que ver con el apriete mandibular y que, por lo mismo, supone enfoques terapéuticos diferentes.
Según la evidencia, el bruxismo tiene dos presentaciones muy diferentes: el bruxismo de sueño y de vigilia. Resulta lógico pensar que son manifestaciones diferentes si sabemos que nuestro nivel y tipo de actividad cerebral es súper distinta en esos dos momentos.
Como era de esperar, el “bruxismo de sueño” es la actividad de los músculos de la masticación que ocurre durante el tiempo que se está durmiendo. Y el “bruxismo de vigilia” es la actividad de músculos masticatorios durante el tiempo que estamos despiertos y se caracteriza por el contacto repetitivo o sostenido de los dientes superiores con los inferiores y/o por el empuje de la mandíbula.
Las causas del bruxismo son multifactoriales y en su mayoría se originan en el sistema nervioso central. Dichas alteraciones del sistema nervioso pueden estar enmarcadas en otras patologías como apnea de sueño, reflujo gastroesofágico, otros trastornos de sueño, etc.
El bruxismo suele quedar como el culpable de todo desgaste dentario y de cualquier dolor en la cara de origen no dental, sin embargo muchos desgastes dentales no son producidos por bruxismo. Además, la información que se maneja actualmente es que el bruxismo puede ser, incluso, un factor protector para algunas patologías o bien ser un síntoma de otros problemas de salud mucho más complejos.
Por ejemplo, cuando existe reflujo gastroesofágico, se sabe que la saliva es capaz neutralizar el ácido que se produce en exceso hacia la cavidad oral. Junto a un cuadro de bruxismo existen alteraciones en mensajeros químicos del sistema nervioso que estimulan las glándulas salivales para aumentar la producción de saliva. De esta manera, el bruxismo funcionaría como un mecanismo de defensa, para evitar el daño en la cavidad oral intentando normalizar el pH.
Es tremendamente importante que si sospechas de que puedas estar apretando tu mandíbula o tus dientes al momentos de dormir o de estar despierto (ya sea porque sientes sensación frecuente de tensión mandibular o porque derechamente te han escuchado hacer sonar los dientes), consultes a un especialista en Trastornos Temporomandibulares y Dolor Orofacial (TTM y DOF), puesto que ellos son especialistas entrenados en el correcto diagnóstico y manejo. Tu especialista será el indicado para informarte acerca de qué está ocurriendo contigo, te enseñará y educará acerca de lo que debes y no debes hacer.